Vas a salir al mercado, todo listo. Sólo te queda pensar: “¿Qué hago para darme a conocer? Bueno, pues unas tarjetas, una web y un folleto”. Perfecto, todo organizado. Pues si crees que con una web y un folleto tienes asegurado el mercado estás en el camino de lanzamiento… ¡hacia un muro!
Emprender es complicado pero puedes complicarlo todavía más sin un proyecto de comunicación adecuado para ello. Puedes decidir hacer una web y un folleto y después, pasar los 2 primeros años de vida de tu empresa dando tumbos, sin clientes, para concluir que esas piezas de comunicación no han funcionado. No se trata de que la publicidad sea o no eficaz sino que, decidir qué herramienta usar, es empezar la casa por el tejado.
Lograr el éxito en el mercado depende de muchas variables, pero para ir en la dirección correcta es necesario planificar. Si no quieres malgastar tiempo y dinero te damos las claves para no estrellarte a la primera de cambio:
Primero has de definir tu producto: preguntarte qué ofreces al mercado, qué necesidades vas a cubrir, qué prometes, cómo elaboras exactamente el producto/servicio…
Después tendrás que preguntarte contra quién compites. ¿Qué haces tú que ellos no hagan?
Y entonces piensa en tus posibles clientes, en tu mercado… ¿A quién puede interesarle lo que ofreces? ¿En qué mercado tienes mayores posibilidades de éxito? ¿Por cuál te decides?
Y entonces sí, ¿cómo vas a hacer que te conozcan y te compren?
Defínete. Busca eso que te hace especial, distinto respecto a tus competidores. Encuentra la forma de comunicarlo. Et voilá! Lo tienes. ¿Fácil, verdad?
Por eso es primordial elaborar un Plan de Marketing en el que se definan perfectamente tu producto, mercado y competencia. A partir de él podrás elegir a qué mercado te diriges, con qué oferta (que te diferenciará de tus competidores) y qué pasos seguir para superar así a tu competencia.
Después es necesario confeccionar un Plan de Comunicación en el que definir qué percepción conquistadora sobre tu marca o producto crearás en el mercado, donde hacer patente la personalidad que se traducirá en la identidad corporativa: logo y aplicaciones.
Una vez tengamos estas estrategias claras, podremos definir, diseñar y elaborar las tan ansiadas herramientas de promoción: webs, folletos, vídeos, carteles, … Al final no habrá que pensar qué haremos, sino que saldrá todo fluido, vendrá dado por todo el trabajo previo, y eso te ayudará a saber que vas en la dirección adecuada.
Sólo de este modo conseguirás ir por la senda del estrellato y no andar vagando sin objetivos comerciales claros.
2014©Bion-b y Leticia Grafiá