Dado que la palabra “austeridad” está ahora de moda, he sentido el impulso de buscar en el diccionario el significado de la persona que lo practica:
- AUSTERO: el que hace vida de penitencia o mortificación
Por lo que si aplicamos este significado a una empresa:
EMPRESA AUSTERA: la que hace negocio de penitencia o mortificación.
¡Pues sí que estamos bien…¿no crees?! ¿Cómo van a sobrevivir nuestros negocios si cogemos el camino de la mortificación?
Personalmente prefiero (y te invito a que tú lo hagas) un cambio de perspectiva:
En lugar de centrarnos en cómo mortificar nuestra diferenciación y servicio al cliente; focalizarnos en cómo hacer acciones comerciales y de publicidad más efectivas (más estratégicas off line y on line).
Es decir, en lugar de invertir toda nuestra energía en cómo reducir nuestros gastos, dedicarla también en “asegurar los ingresos”.
Y viniendo al caso, te voy a contar una historia que leí en el libro INTELIGENCIA COMERCIAL (que te recomiendo comprar y leer) de Luis Bassat:
Se dice de un famoso bar de carretera que rebosaba de éxito. El dueño decidió enviar a su hijo a estudiar a Estados Unidos. Cuando el chico volvió, avisó a su padre de que en la universidad le habían dicho que debían prepararse para la crisis. El joven recomendó a su padre sustituir el excelente jamón de jabugo que ponían en los bocadillos de la mañana por un jamón del país, para abaratar costos. Unos días después empezaron a mezclar el café con achicoria. A continuación despidieron a una parte del personal. Al cabo de una semana decidieron apagar el letrero luminoso que se veía perfectamente bien desde la carretera, para ahorrar energía eléctrica. Poco a poco la concurrencia fue reduciéndose, hasta que un día nadie entró en el bar. Entonces el padre le dijo al hijo: “Menos mal que fuiste a Estados Unidos y me avisaste, porque la crisis realmente ha venido”.
Quizás te parezca una historia un poco exagerada pero es muy aleccionadora.
La AUSTERIDAD puede llevar a la ruina a tu negocio. Practica la diferenciación y sobrevivirás.
La historia de Bassat es buenísima.
Cualquiera con un poco de visión comercial, sabe que en tiempo de crisis el mercado se vuelve muy volatil, la fidelidad de los clientes se ve mermada y mucha competencia desaparece.
Por el contrario cuando las cosas van bien, el mercado se vuelve estable, el cliente se hace fiel y la competencia se endurece.
Las empresas que sean capaces de aguantar, volverán al mercado con la cuota de mercado algo superior cuando termine la crisis; las empresas que inviertan en marca durante la crisis conseguirán la cuota de aquella competencia que ha desaparecido durante el temporal.