Esta es la oferta que atrajo mi atención en la verdulería y he de reconocer que caí en la trampa porque al abrirlos me encontré que estaban podridos los dos.
¡He aprendido la lección!, aunque el coste de oportunidad que ha sufrido mi economía doméstica es mínimo.
Pero si trasladamos esta situación al mundo de los negocios….¡el coste cambia!, empieza a